Saturday, September 20, 2014

UNIDAD 1: LA COMUNICACIÓN



UNIDAD 1: LA COMUNICACIÓN 


CONTENIDOS
  • La comunicación humana. 
  • Elementos que intervienen en la comunicación.
  • Funciones de la lengua.
  • El signo lingüístico: significante y significado.
  • Lenguaje, lengua y habla.
  • Los Géneros y subgéneros literarios.
  • Lengua y dialecto.
  • Niveles de la Lengua: Morfología, Fonética y Sintaxis.
  • El Diptongo y el Hiato.



En este tema estudiaremos la comunicación humana y sus elementos. Veremos la diferencia entre código y signo y profundizaremos en el signo lingüístico y sus constituyentes (significante y significado). Reflexionaremos sobre los dos tipos de lenguaje que existen: el no verbal y el verbal y dentro de éste el oral y el escrito. También matizaremos la diferencia entre lenguaje y lengua. Por último, enumeraremos las funciones del lenguaje clasificadas según la intención del hablante al usar la lengua y los niveles del lenguaje clasificados según el contexto y la formación del hablante.


LA COMUNICACIÓN
¿Qué es la comunicación? Una carta de amor; una declaración de guerra. […] Las lágrimas de un bebé, el diván de un psiquiatra, un libro de Paul Celán, un concierto de los Rolling Stones, las pintadas del descuartizado muro de Berlín, las preguntas de Isabel Gemio, las respuestas de Camilo José Cela, una consulta sentimental vía modem, un diccionario ruso, un mando a distancia, un anuncio de un detergente ecológico, un sondeo de opinión […]
Y más cosas, casi imposible de definir; casi imposible de abarcar. La comunicación es algo inaprensible, ese tercero invisible que hay entre otros dos, el emisor y el receptor. Es el mensaje, la propia forma de contarlo y tiene mil caras.

José Paradina, El tercero invisible


1. Concepto de Comunicación

Una de las características fundamentales que definen a la especie humana es el hecho de que sus miembros nacen y se desenvuelven dentro de la sociedad: el hombre es un ser social. Como tal, necesita comunicarse con sus semejantes.
No es fácil imaginar la convivencia de un grupo de humanos entre los que no se transmita ningún tipo de información o mensaje. Todo individuo necesita reci­bir información del medio en el que se desarrolla y transmitirla, a su vez, para mantenerse vivo. La vida social se basa de manera esencial en la comunicación. Los ejemplos siguientes son diversos signos que emplean los seres humanos para transmitir información: el sonido de la sirena de las ambulancias nos comunica la petición de paso libre en el tráfico; el gesto de alzar la mano en una reunión comu­nica que se pide la palabra; una determinada posición de un mando en una lava­dora informa al mecanismo acerca del programa que debe seguir; el piloto verde encendido comunica que un taxi está desocupado; un apretón de manos expresa saludo o despedida; un determinado olor nos avisa de que la comida está lista. Todos esos signos se perciben mediante sentidos distintos: el oído, la vista, el tacto, el olfato. Pues bien, según el sentido por el que percibimos los signos, deci­mos que son auditivos, visuales, táctiles, olfativos o gustativos.


Situación comunicativa: Llamamos situación comunicativa al CONJUNTO DE CIRCUNSTANCIAS que rodean a un determinado acto de comunicación. Otra definición posible sería considerar la situación comunicativa como el CONTEXTO de la comunicación (conjunto de circunstancias que la rodean o condicionan). Toda comunicación se desarrolla en una determinada situación: hablamos o escribimos, tenemos confianza con nuestro destinatario o hay distancia porque es un desconocido o un superior, etc. Estas variantes condicionan la comunicación, por ejemplo el vocabulario que se usa (podemos decirle "Hey, tío" a un amigo, pero no al director de un instituto.).
La comunicación es el proceso mediante el cual se transmite información de una entidad a otra. Los procesos de comunicación son interacciones mediadas por signos entre al menos dos agentes que comparten un mismo repertorio de signos y tienen unas reglas semióticas comunes, es decir:

La comunicación se da cuando dos individuos que hablan y comparten una misma lengua intercambian información. Si tú eres chino pero no hablas español, difícilmente vas a comunicarte con un español. De este modo, podemos decir que el idioma es esencial en la comunicación. Dicho idioma está formado por unos signos que ambos individuos deben compartir para que pueda haber comunicación.

Tradicionalmente, la comunicación se ha definido como "el intercambio de sentimientos, opiniones, o cualquier otro tipo de información mediante habla, escritura u otro tipo de señales".

Todas las formas de comunicación requieren un emisor, un mensaje y un receptor. En el proceso comunicativo, la información es incluida por el emisor en un paquete y canalizada hacia el receptor a través del medio. Una vez recibido, el receptor decodifica el mensaje y proporciona una respuesta.
Desde un punto de vista técnico se entiende por comunicación el hecho de que un determinado mensaje originado en el punto A llegue a otro punto determinado B, distante del anterior en el espacio y/o en el tiempo. La comunicación implica la transmisión de una determinada información. La comunicación supone, como ya se ha mencionado antes, un proceso en el que están implicados ciertos elementos.
La explicación del funcionamiento de ese proceso es lo que se conoce como un MODELO. El modelo de comunicación más aceptado hoy en día es el que diseñó en su día Roman Jakobson. Sus elementos son los siguientes (ver diagrama abajo)


2. Elementos que intervienen en el acto de comunicación

En el esquema de la figura siguiente aparecen representados los elementos que intervienen en el acto de comunicación (siguiendo el modelo de Jakobson comentado anteriormente):





El emisor es quien emite la información, a la que, desde ahora, denominare­mos 'mensaje'. Puede ser una persona, un grupo, un mecanismo de una máquina o un animal (evidentemente, los humanos no son los únicos seres animados que se comunican; también lo hacen los animales, aunque de modo menos elaborado: los sonidos inarticulados con los que expresan satisfacción, miedo, amenaza o corte­jo nupcial son asimismo formas de comunicación).

El receptor es quien recibe el mensaje (ya sea persona, grupo, animal o máquina).
El código es el conjunto de signos y reglas para combinarlos a partir del cual se componen los mensajes. En el lenguaje verbal, el código está constituido por la propia lengua (en sus dos aspectos: oral y escrito) por medio de la cual se comu­nican los miembros de una comunidad. No hay comunicación posible si el emisor y el receptor no conocen el mismo código. En todo acto de comunicación se efectúa obligatoriamente la codifi­cación, consistente en que el emisor selecciona elementos del código y los combina para formar un mensaje capaz de expresar lo que necesita comuni­car, y la descodificación del mensaje por parte del receptor, que consiste en el reconocimiento e interpretación de la combinatoria de los elementos del código que lo componen. Todo código está organizado como un sistema.

El mensaje es la información que el emisor transmite al receptor. Para for­mar un mensaje, el emisor selecciona y combina unidades del código de manera que expresen lo que desea comunicar. A veces el mensaje emitido llega al receptor en ausencia del emisor, como es el caso de los libros y, muy en particular, de los medios de comuni­cación de masas: prensa, televisión, etc., por lo que al receptor no le es fácil adoptar, a su vez, el papel de emisor a fin de intercambiar información. Se produce en esa situación lo que se denomina mensajes unilaterales —o comunicación unilateral—, frente a los mensajes bilaterales -o comunica­ción bilateral— propios del diálogo.
El canal es la vía por la que circula el mensaje: el aire en una conversación, el cable en una comunicación telefónica, las ondas de la radiofonía nos permiten hablar de «canal auditivo», y los libros, la prensa o el correo, de un «canal visual».

En resumen, los elementos imprescindibles para que se produzca todo acto de comunicación son: un emisor y un receptor, un código conocido por ambos, un mensaje emitido y recibido y un canal a través del que éste circula. Pero además existen otros dos factores que intervienen en la comunicación aunque tienen carác­ter extralingüístico: el referente y la situación.


La situación o contexto situacional es el conjunto de circunstancias espaciales, temporales, socia­les e incluso personales que enmarcan el acto de comunicación. Engloba al emi­sor y al receptor durante el proceso de la comunicación y es exterior al código de la lengua.

Ruido. Para que se cumpla la característica comunicativa se debe posibilitar que el receptor pueda reenviar otro mensaje al emisor, lo que se conoce como retroalimentación. Si no sucede esto estaríamos ante un acto de mera transmisión de información y no ante un acto comunicativo.
En el proceso de la comunicación existen “barreras de la comunicación” o “RUIDO” que a veces imposibilitan la comunicación.



3. El lenguaje y sus funciones
El lenguaje es la capacidad del ser humano para comunicarse. Por extensión, también se le da la denominación de lenguaje: al conjunto de las lenguas naturales, humanas, consideradas desde el punto de vista de sus caracteres comunes.

La acepción más amplia de la definición de lenguaje recubre, en conse­cuencia, actos de comunicación que emplean códigos muy diversos. Ejem­plos:
El sistema del código del semáforo está formado por tres colores (signos), y sus reglas consisten en excluirse entre sí (no pueden funcionar al mismo tiempo el rojo y el verde).

El código del lenguaje mímico occidental, constituido por un inventario limitado de gestos que se repiten para expresar lo mismo: besar, aplaudir, dar la mano, encogerse de hombros, fruncir el entrecejo, etc.

El código de los colores convenidos para atribuir un significado al vesti­do: el blanco del atuendo nupcial femenino, el negro del luto, el kaki o el azul de los uniformes militares, el rosa o el azul de la canastilla de los recién nacidos, etc.
No son objeto de nuestro estudio los lenguajes de naturaleza no lingüística; nosotros usamos el término lenguaje en su primera acepción, es decir, como ins­trumento mediante el que nos comunicamos con otros seres humanos.

Funciones del lenguaje
El lenguaje cumple varias funciones para satisfacer diversas necesidades de comunicación de los seres humanos. Suelen distinguirse seis funciones y cada una de ellas está relacionada con cada uno de los elementos que intervienen en el acto de comunicación.
Hay que tener presente que lo habitual es que en un mensaje no se mani­fieste una sola función, sino que pueden superponerse varias. La naturaleza del mensaje dependerá de la función predominante sobre las otras funciones.
En los esquemas de la comunicación presentados anteriormente para ilustrar los elementos también se incluyen las funciones que se corresponde con el del acto de la comunicación, anteriormente estudiado. Aquí se vuelve a repetir para que lo tengas presente a medida que se estudian las funciones del lenguaje de forma individual.

  • Función expresiva o emotiva

Manifiesta el estado de ánimo del emisor, quien proyecta su actitud emotiva en el mensaje, además de transmitir información, sea ésta objetiva o no. Por ejemplo, en mensajes como: ¡Madre mía, qué calor!, Tengo muchas ganas de comenzar este trabajo. Me niego a seguir andando a esta velocidad, etc., se observa un predo­minio de la emotividad del emisor: tienen función expresiva. Se evidencia el recur­so a la expresión enfática en mayor o menor grado, no sólo a través de la entona­ción exclamativa o de las interjecciones, sino también del propio contenido.
La poesía lírica, que toma la perspectiva del yo, de la primera persona, es una manifestación de la función expresiva.

  • Función representativa o referencial

Es inherente o esencial a todo acto de comunicación: se puede decir que no existe un mensaje absolutamente desprovisto de información; por ello, aunque predomine otra función, la. función referencial siempre es el telón de fondo del mensaje. Esta función del mensaje predomina si no se manifiesta en él la subjetividad del emi­sor ni pretende promover una reacción en el receptor. Su fin es transmitir infor­mación con una perspectiva objetiva, es «representar» referentes (la realidad extralingüística) reales o imaginarios. Se suele producir en el ámbito del él / ella / ello, es decir, de la tercera persona del singular.
Son ejemplos de la función referencial los manuales de estudio, en los que, en principio, no se suele traslucir la actitud del emisor-autor, ni tampo­co pretenden provocar en el receptor-estudiante una reacción (como no sea la del mero saber...).

  • Función apelativa o conativa

En alguna medida, la pretensión natural del mensaje es provocar una respues­ta, una reacción, por mínima que sea, en el receptor. En algunos mensajes se pro­duce un predominio de esta finalidad: en ellos —con mayor o menor claridad— se informa al receptor de que se pretende que adopte un comportamiento deter­minado. El código de la lengua contiene medios específicos para señalar la fun­ción apelativa de un mensaje: el imperativo (Escúchame; Come; Dime qué hora es) o las expresiones tanto de cortesía como exhortativas (Por favor...; Sería usted tan amable...; ¡A ver si quedamos!) o los vocativos (¡Juanito!; Niña, ven). Se pro­duce en el ámbito comunicativo del tú, de la segunda persona.
El lenguaje publicitario, cuyo fin es influir en la conducta del receptor, emplea fórmulas en las que predomina la función apelativa: Si el champú X es bueno para tu bebé, también es bueno para ti. Úsalo.

  • Función fática o de contacto

Algunos mensajes sirven exclusivamente para establecer la comunicación, verificar si «fluye» o interrumpirla. Son mensajes que se centran en comprobar que se mantiene el contacto entre emisor y receptor a través del canal. El mensa­je apenas tiene contenido, es un pretexto. Enunciados como: Oiga, ¿Entiendes?, ¿Sabes?, Sí... sí, Hum... hum, no tienen más misión que informar al interlocutor de que seguimos en contacto con él, tienen función fótica. Esos mensajes se suelen emitir tanto durante una comunicación telefónica como en las conversaciones tri­viales sobre el tiempo en los encuentros en el ascensor, en cualquier intercambio de fórmulas sociales, generalmente vacías de información.

  • Función metalingüística

A veces, el emisor necesita cerciorarse de que está utilizando con propiedad el código y formula mensajes que hacen referencia al sistema que lo organiza. Cada vez que solicitamos una aclaración sobre el significado de una palabra o estructu­ra usada en un mensaje, nuestra pregunta tiene función metalingüística. El apren­dizaje de las lenguas, bien sea el de la lengua materna en los niños, bien sea el de una lengua extranjera, produce multiplicidad de mensajes con función metalin­güística. Por ejemplo: Las palabras acabadas en -mente son adverbios de modo, No se dice 'cabo' sino 'quepo', Superficial significa sin profundidad.

  • Función poética o estética

En algunos mensajes advertimos un particular cuidado de sus aspectos forma­les: no sólo es importante la información sino también la estética del mensaje. Es la función predominante en el discurso literario. Más allá de la simple transmisión de información, el emisor se sirve de todos los recursos lingüísticos que estima adecuados para darle originalidad y creatividad al mensaje (adjetivación, repeti­ciones, cambios de orden sintáctico, etc.). Por ejemplo: ¡Oh llama de amor viva / que tiernamente hieres / de mi alma en el más profundo centro!
También puede manifestarse esta función en un mensaje que no sea un texto literario. Por ejemplo, manteniéndose en un registro coloquial de la lengua habla­da, un emisor puede codificar nción estética, instalada en el uso corrien­te del idioma; Te patinan las meninges muestra una asociación de significados (patinar + meninges) insólita. En el mismo registro coloquial se sitúa la variedad constantemente innovadora de los mensajes con función poética (o estética) que sirven para piropear, insultar, inventar motes, ironizar, bromear o producir un efecto un mensaje con función poética si selecciona las palabras y el modo de combinarlas, las inflexiones de la voz y la entonación con el fin de darle un sesgo creativo a la información que pretende transmitir. El resultado de esta creación será unas veces hermoso, otras veces, vulgar y, algu­nas otras, provocador o humorístico. Ejemplos: Subirse por las paredes es una expresión con sentido figurado, con fu cómico.



4. El signo lingüístico
Un signo es un elemento que representa a otro elemento. El signo consta de sig­nificante (forma concreta, material, perceptible por los sentidos) y significado (concepto abstracto, sin consistencia material). Todo objeto (audible, visible, pal­pable, olfateable o gustable) asociado a un concepto, que representa a otro objeto, es un signo.
La luz verde en los taxis es un signo que nos comunica algo distinto de la mera bombilla verde encendida: representa el hecho de que están disponibles. El gesto de levantar la mano en una reunión está asociado al significado de la acción de pedir la palabra; representa algo más que un simple movimiento de un brazo hacia arriba. La luz verde encendida y la mano levantada son signos.
La relación inseparable que se establece entre el significante y el significado se denomina significación. Fuera de su relación con el significante, el significa­do es impensable o indecible: sencillamente no existe. El significante, si no va asociado al significado, es un simple objeto que no evoca nada.
El signo resultante de la asociación de un significante y un significado pro­viene siempre de un acuerdo de los miembros de una comunidad determinada para ser usado con fines comunicativos; por provenir de un convenio, es convencional.
Existen muy diversas clases de signos, pero en este libro nos ocuparemos espe­cíficamente del simio lingüístico.

  • Significante y significado: El signo lingüístico resulta de la asociación de un signifi­cante y un significado. Significante y significado forman una combinación indisociable.

El significante del signo lingüístico es una imagen acústica, es decir, la cade­na de sonidos a la que todo hablante de la lengua a la que pertenece un signo lin­güístico dado asocia un mismo concepto. El significante constituye el plano de la expresión.Una cadena de sonidos que no se asocie a un significado no es un signo lingüístico. Por ejemplo si yo te digo: Silla, tú asocias lo que te he dicho (el sonido de mis palabras) a la imagen de una silla.

El significado es el concepto y constituye el plano del contenido. El significado es lo que tú relacionas con ese sonido... en ese caso, la silla.
Es imposible transmitir un concepto si no es por medio de un signifi­cante.
Tanto el significante -pese a su carácter material— como el significado del signo lingüístico son de índole psíquica, así como la relación de significación que los une.
  • La arbitrariedad del signo lingüístico. El signo lingüístico es arbitrario.

La decisión de unir en un signo lingüístico una imagen acústica y un concepto es arbitraria o inmotivada. Es decir, no existía una razón que motivase escoger una determinada serie de sonidos frente a otra en el momento en que una comuni­dad creó un signo lingüístico.
Tomemos un signo lingüístico, por ejemplo, la palabra mujer; se observa que la elección de la cadena de sonidos que forma su significante no está motivada por el concepto que evoca. Se podría haber elegido cualquier otra secuencia sonora, como lo evidencia el que en los códigos de otras lenguas ese significado vaya asociado a otros significantes:
español: mujer catalán: dona
francés: femme inglés: woman

La arbitrariedad del signo lingüístico no significa que el hablante puede alterar la asociación de significante y significado a su capricho: una vez adoptado un signo lingüístico por una comunidad, ningún miembro de ella es libre de modifi­carlo. Los cambios que se producen en los signos, bien sea en el aspecto fónico bien en el significativo, obedecen a la evolución histórica y tienen un alcance co­lectivo.


5. El lenguaje, la lengua y el habla
  • Lenguaje: es la capacidad que tenemos para comunicarnos. Cada uno de los miembros de una comunidad humana (la china, la portuguesa, la griega) tiene en común con los demás su capacidad para comunicarse median­te un código de signos. Es decir, todos emplean el lenguaje verbal, que es el len­guaje específico de los seres humanos. Sin embargo, un chino no entiende los mensajes de un portugués ni un español los de los griegos, a no ser que previa­mente hayan aprendido los respectivos idiomas, esto es, a no ser que conozcan el código. Ello se debe a que, aun teniendo la misma capacidad para comunicarse mediante el lenguaje verbal, no emplean el mismo sistema de signos. Cada uno usa una lengua distinta: la de su comunidad.

No hay que confundir el lenguaje con las lenguas. 

  • La lengua: se le llama también idioma. Y, por tanto, es el sistema de signos que emplea una comunidad lingüística como instrumento de comunicación: es un modelo general, abstracto, presente de manera colectiva en los cerebros de las personas que se comunican con el mismo código. A eso aludimos cuando decimos: lengua española, lengua catalana, lengua gallega o lengua vasca, y es una incorrección lingüística decir “lenguaje español”, “lenguaje catalán”, etc.
  • El habla es la forma específica que tiene un individuo de hablar. Por ejemplo, cada uno de nosotros tenemos un habla diferente, con diferentes expresiones, entonaciones, etc.


6. Los géneros literarios

Los géneros literarios son 3: 

-lírico o poesía
-prosa o narrativa 
-drama o teatro. 

  • Lírico: En el género lírico el autor expresa su yo íntimo, sus emociones y sentimientos. Se suele emplear el verso. Sus principales rasgos son:Lengua literaria sugerente y evocadora.Musicalidad.Uso de recursos estilísticos y figuras literarias. Dentro de este género literario se pueden diferenciar una serie de SUBGÉNEROS. Los más importantes son:

LA ÉGLOGA. Es una composición donde el autor expresa sus emociones a través de la voz de una serie de pastores en un marco en que la naturaleza aparece idealizada.
LA ELEGÍA. Es una composición en la que el autor expresa su dolor por la muerte de un ser querido.
LA EPÍSTOLA. Consiste en manifestar sentimientos y emociones íntimas a través de una carta.
ODA. Consiste en alabar las cualidades que poseen personas, objetos, o cualquier aspecto que el poeta quiera destacar de forma positiva.

  • Narrativo: un narrador cuenta hechos reales o ficticios que suceden en un determinado espacio(lugar) y un determinado tiempo y que son protagonizados por unos personajes.

Tenemos que considerar que ha habido épocas históricas en que se podían contar relatos en verso. A este tipo de relatos se les denomina ÉPICA.
Los SUBGÉNEROS narrativos en prosa son:

LA NOVELA. Se define como un relato extenso en prosa con una estructura que tiene las siguientes partes: planteamiento, nudo o desarrollo y desenlace.
EL CUENTO. Se define como un relato breve en prosa. Los cuentos se pueden dividir en tradicionales y literarios.


  • Dramático o teatral unos personajes dialogan y representan una acción sin la presencia del narrador.

Las principales características de este género son:
La obra teatral se crea para SER REPRESENTADA.
Las obras teatrales se organizan en ACTOS, dentro de los cuales tienen lugar diferentes ESCENAS.


Los SUBGÉNEROS dramáticos más importantes son:

LA TRAGEDIA. Es una obra teatral con final trágico y personajes cuyo destino parece regirse por la fatalidad.
LA COMEDIA. Es una obra teatral con final feliz, cuyos personajes se mueven en un ambiente festivo y cómico.
EL DRAMA. En los dramas se mezclan elementos trágicos y cómicos.



7. Lengua y dialecto.

Para entenderlo mejor, veamos un ejemplo primero: 
En España hablamos español. El español es una lengua/idioma que hablamos todos los que convivimos aquí, como lengua general. Se habla en Canarias, en Galicia, en Madrid, en Andalucía, en País Vasco, en Cataluña, en Valencia, en Mèjico, en Cuba, etc.

Una lengua tiene muchos hablantes, tiene un diccionario propio y una gramática propia donde se recogen las reglas de esa lengua o idioma (cómo hablarla, como estructurarla, como pronunciarla, etc)


En España se hablan varios dialectos: el extremeño, el canario, el andaluz, etc. Sabemos de dónde es un hablante español por su dialecto, por el acento. Así, un sevillano sesea y un malagueño cecea. El dialecto es una variante de la lengua o idioma. El dialecto andaluz es una variante de la lengua española. Sobre todo, varia en el número de hablantes (hay menos hablantes andaluces que españoles) y en el hecho de que no es tan diferente del español como para que tenga su propia gramática y su propio diccionario.

Por lo tanto, podríamos definir lengua y dialecto como:

Lengua: Es el sistema de comunicación que se utiliza en un país o un territorio concretos. Lo hablan todos en dicho país y posee una gramática propia. 
engua - Conjunto de formas vocales de expresión que emplea para hablar cada nación. Se aplica con preferencia a «idioma» cuando se trata de pueblos antiguos ... (Diccionario de Uso del Español, 1994, Editorial Gredos)lengua - Sistema de comunicación y expresión verbal propio de un pueblo o nación, o común a varios. (Diccionario de la Lengua Española,1992, Real Academia Española. Madrid: Editorial Espasa Calpe)
Dialecto: 
El dialecto es una variante de alguna lengua mutuamente entendida, como implican las definiciones adjuntas:
dialecto - Manera de hablar una lengua un grupo de personas, una comunidad o los habitantes de una región. Así, por ejemplo, el habla de la ciudad de México, el habla del Bajío y el habla de Castilla sondialectos del español. (Diccionario del Español Usual de México)dialecto - Sistema lingüístico derivado de otro; normalmente con una concreta limitación geográfica, pero sin diferenciación suficiente frente a otros de origen común. (Diccionario de la Lengua Española)
8. Niveles de la Lengua: Morfología, Fonética y Sintaxis.

La gramática  tiene cuatro partes bien diferenciadas. Las partes son: Fonética, morfología y sintaxis.

Fonética- Estudia los sonidos.
La fonética es la ciencia que estudia cómo se producen y se perciben los sonidos de una lengua.
Esta parte de la gramática puede estudiar, por ejemplo, la entonación de una palabra determinada, analizando las características que se requieren para pronunciar el término que se estudia.
La acentuacion constituye un ejemplo básico del campo fonético.

Morfología. Estudia las palabras.
Se trata de la ciencia que estudia a la palabra y a sus diversas formas. Analizar morfológicamente una o varias palabras significa identificar a que tipo de categoría gramatical pertenece. Ejemplo: arroz, verdad, rompió
La morfología se encarga de estudiar que arroz es un sustantivo, que verde es un adjetivo y que rompió es la conjugación de un verbo.

Sintaxis. Estudia las oraciones.
Es la parte de la gramática que estudia la manera en que las palabras se unen y combinan para formar oraciones. El manual de gramática de la Real Academia Española, señala justamente que “ se trata de una disciplina de naturaleza combinatoria
Ejemplo: Luis comprará un libro
El análisis sintáctico consiste en determinar que la función que el sustantivo Luis cumple en esta oración. En este caso, Luis actúa como sujeto.

En este curso no vamos a estudiar la fonética, pero sí la morfología y la sintaxis. 
La morfología se encarga de estudiar los tipos de categorías gramaticales o lo que es lo mismo, las clases de palabras: nombres, verbos, adjetivos, etc. También estudia la palabra por dentro, su estructura: prefijos, sufijos y lexemas.

Por otro lado, vamos a estudiar la sintaxis de la lengua, es decir, la oración. La sintaxis estudia cuando una oración es simple o compuesta, los sintagmas que la forman, etc.


9.El Diptongo y el Hiato.

  1. En castellano existen cinco vocales: a, e, i, o, u. Las vocales son de dos tipos: fuertes y débiles. Las vocales fuertes son a, e, o. Las débiles son i, u. Para acordarte, intenta memorizar las siguientes palabras: rapero (vocales fuertes); huir (vocales débiles).

  2. DIPTONGO: En nuestro idioma, normalmente solo hay una vocal en cada sílaba: ca-sa-do, res-pi-rar, a- rro-jo. Sin embargo, hay veces en que dos vocales van juntas y se pronuncian como una única sílaba: ca-lien-te, puer-ta, cua-dra-do, ciu-dad. Cuando dos vocales están juntas en una sola sílaba, se dice que están en diptongo. Las sílabas -lien-, puer-, cua-, ciu- de las palabras anteriores son diptongos.

  3. HIATO: Cuando dos vocales van juntas pero no pertenecen a la misma sílaba, sino a sílabas distintas, se dice que están en hiato. En las palabras le-ón, re-ír, cro-a-ta, ba-úl, hay vocales que van juntas, pero en sílabas distintas. Son hiatos.

  4. ¿Cómo sabemos si dos vocales están en diptongo o en hiato? Lo primero es seguir tres sencillas reglas:

    • ●  Si las dos vocales son débiles, entonces están en diptongo y forman una sola sílaba: cui-da-do, fui, ciu-dad, ruin.
    • ●  Si las dos vocales son fuertes, entonces están en hiato y pertenecen a sílabas distintas: ro-er, ca-o-ba, so-ez, be-a-to.
    • ●  Cuando una de las vocales es fuerte y la otra débil, tenemos que fijarnos en el acento:
      Si el acento va en la vocal débil, entonces las vocales están en hiato y pertenecen a sílabas diferentes: ca-í-da, le-í-do, Ra-úl, bú-ho, E-lí-as. En estos casos, como te habrás fijado, las vocales débiles siempre llevan tilde.
Si el acento no va en la vocal débil, entonces las vocales están en diptongo y pertenecen a la misma sílaba: feu-do, cau-dal, puen-te, vie-ra, trein-ta. 
















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